Mi experiencia profesional comienza como actor de doblaje, alternando con mi formación en el centro de estudios escénicos. Comienzo a trabajar como actor en la compañía “Viento Sur” y casi de manera inmediata confían en mí para formar parte de su equipo de profesores en su escuela privada.
Mi trayectoria como docente va adquiriendo experiencia, alternando el ejercicio de la actuación y la dirección teatral, orientando poco a poco mi carrera en el teatro clásico y en la interpretación del patrimonio histórico. Todo este desarrollo de mi profesión llega a un punto crucial con el nacimiento de mi primera hija. Su llegada me plantea la necesidad de otro modelo de trabajo donde los viajes no sean tan continuos y pueda tener mas presencia en la familia que iba construyendo.
Varios compañeros y compañeras formamos la asociación “Actúa-T” y mi carrera da un giro a la investigación y a la aplicación del teatro en contextos educativos y sociales. Estos años apasionantes fueron el germen de mi entrada y más tarde fusión con la Asociación Ponte. La llamada de un equipo de psicólogos para diseñar un programa de intervención con familias con dificultades abre un nuevo camino, aunando ciencia y arte en el estudio de la conducta humana.
Sistémica, constructivismo, psicodrama, y la mezcla con los mejores profesionales de la terapia han hecho que palabras que formaban parte de mi ejercicio profesional hayan tomado otra dimensión. El conflicto como una alerta, una posibilidad de crecimiento y de ponernos activos. El antagonista como el personaje donde proyectar nuestra dificultad, un aliado que impulsa a otra manera de actuar, a usar otra estrategia. La escena como espacio donde situar en profundidad la dificultad a la que me enfrento, ofreciéndome un marco de experimentación, de probar, de jugar, de equivocarme. En definitiva, de seguir trabajando desde las historias, que siempre ha sido mi pasión, aportando otra mirada y otro objetivo: la transformación.